1. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de “nivel educativo”?
Desde mi punto de vista, el nivel educativo hace referencia al lugar o posición que ocupa un individuo atendiendo a varias características, como la inteligencia, la memoria, el aprendizaje…
Tradicionalmente se ha considerado que las personas más inteligentes y con mayor capacidad de aprender ocupan una posición mayor en el nivel educativo, mientras que los que sean menos inteligentes y tengan mayor dificultad para aprender ocupan posiciones más bajas dentro del nivel educativo.
El nivel educativo en España, ¿está subiendo o bajando en los últimos años?
Antes de leer el artículo de Vicente Verdú considero que en España el nivel educativo cada vez es más alto, pues la sociedad en la que vivimos nos exige una elevada formación para desarrollarnos en la vida diaria, por ejemplo para utilizar las Nuevas Tecnologías.
Otro de los aspectos que me llevan a pensar que el nivel educativo de los últimos años es más elevado es el hecho de que cada vez más personas prosiguen sus estudios primarios y secundarios hasta alcanzar y desarrollar estudios superiores. Esto se debe al aumento del nivel educativo español.
Por último, desde que se ha desarrollado el concepto de Educación Permanente, desde mi punto de vista, el nivel educativo de la población española ha subido, debido a que todas las personas tiene la posibilidad de formarse durante toda su existencia, y esto ha permitido que las personas adultas se incorporen en masas a este proceso, por lo que cada vez son más los individuos que deciden aumentar su nivel educativo.
Desde mi punto de vista, el nivel educativo hace referencia al lugar o posición que ocupa un individuo atendiendo a varias características, como la inteligencia, la memoria, el aprendizaje…
Tradicionalmente se ha considerado que las personas más inteligentes y con mayor capacidad de aprender ocupan una posición mayor en el nivel educativo, mientras que los que sean menos inteligentes y tengan mayor dificultad para aprender ocupan posiciones más bajas dentro del nivel educativo.
El nivel educativo en España, ¿está subiendo o bajando en los últimos años?
Antes de leer el artículo de Vicente Verdú considero que en España el nivel educativo cada vez es más alto, pues la sociedad en la que vivimos nos exige una elevada formación para desarrollarnos en la vida diaria, por ejemplo para utilizar las Nuevas Tecnologías.
Otro de los aspectos que me llevan a pensar que el nivel educativo de los últimos años es más elevado es el hecho de que cada vez más personas prosiguen sus estudios primarios y secundarios hasta alcanzar y desarrollar estudios superiores. Esto se debe al aumento del nivel educativo español.
Por último, desde que se ha desarrollado el concepto de Educación Permanente, desde mi punto de vista, el nivel educativo de la población española ha subido, debido a que todas las personas tiene la posibilidad de formarse durante toda su existencia, y esto ha permitido que las personas adultas se incorporen en masas a este proceso, por lo que cada vez son más los individuos que deciden aumentar su nivel educativo.
2. Lee el siguiente artículo de Vicente Verdú. ¿Qué información aporta a las conclusiones que previamente has trabajado? ¿Cambia en algo la percepción previa de nivel educativo? ¿En qué sentido?
Artículo “Los niños son más listos que nunca”, Vicente Verdú.
EL PAÍS 26/01/2006, p. 34
Todos los padres lo saben: los niños de ahora son más listos que los de antes. La propia ciencia lo avala: hace veinte años los diferentes tests de inteligencia registraban para el alumno común un resultado en torno a los 100 puntos pero actualmente son casi 120. En menos de dos décadas se ha ganado una quinta parte de inteligencia. ¿Continuaremos pues afirmando que la especie se degrada, que la sociedad se empobrece, y que el saber va de mal en peor? Los niños resultan ser más inteligentes porque crecen en un entorno más diverso y repleto que les enriquece tanto como les exige hacerse más sabios. Las intrigas de los telefilmes o los videojuegos actualmente multiplican al menos por tres el grado de complejidad que veíamos, hace treinta años, en las series de TVE. Frente al repetido diagnóstico de los adultos empeñados en descalificar a los adolescentes porque no leen, se opone la evidencia de que el conocimiento no se obtiene ya en las profundidades de la cultura escrita sino en las superficies del plano audiovisual. Este medio, expresado en pantallas, impactos y golpes de vista, posee una condición sustantivamente distinta. Ante el libro es indispensable aplicarse: saber esforzarse porque este saber y el esfuerzo de saber forman una hipóstasis práctica y moral erigida en virtud esencial.
Sartre hacía ver en Qué es la literatura la materia inerte que constituyen de hecho los negros renglones de un libro. La página se abre y sólo vemos un enjambre de garabatos en fila. Este objeto venerado por la cultura culta carece de colores, sonidos o sugestiones simbólicas, prescinde de evocaciones gráficas y de música ambiental. Es la escritura por sí misma: el conocimiento oculto bajo el grabado abstruso. Para dar vida a ese ornamento de tinta seca es necesario inyectarle nuestra atención mental y emocional, vivificarlo con nuestra vida. Los celos, los odios, el amor de una novela son nuestras propias emociones trasfundidas sobre la letra muerta. “La letra con sangre entra”. Y, al revés: la sangre en la letra entra.
Este sistema de conocimiento, unido a la atención intensiva, ha sido desplazado gradualmente por el conocimiento y la experiencia extensivas. Se aprende ahora no tanto por la profundidad de la lectura como de la superficialidad de la vista, el olfato y el oído. Se aprende panorámicamente, abigarradamente, y no polarizadamente. Así, al igual que el mundo, en general, tiende al trabajo en red, el saber se hace un tapiz tramado en las pantallas, los viajes, los nexos múltiples. Lo superficial fue indisolublemente asociado a lo trivial y lo profundo a lo importante. Lo relevante, sin embargo, ahora es el saber extensivo, múltiple, en superficie y los posibles planes de estudio deberían tenerlo en cuenta. Hasta hace poco, podíamos decir que todo el saber se hallaba encerrado en los libros. Ahora, todo el saber que de verdad importa se encuentra en las pantallas y sus metáforas. Los adultos formados en los libros no podemos llegar a saberlo bien. No podemos llegar bien a ese saber. De hecho, cada vez mayor número de empresas de nueva planta se basan en encuestas dirigidas a adolescentes para orientar sus producciones.
Desde luego, las firmas de videojuegos emplean niños como beta-testers o probadores, a pesar de que la media de edad de sus usuarios se encuentra en los 32 años y no cesa de crecer. Pero, como señala Infonomía, “¿quién mejor que ellos para mejorar un juego visual, teniendo en cuenta cómo han desarrollado la parte del cerebro que procesa las imágenes? Incluso otro tipo de empresas, como la suiza Brainstore, usa a niños y adolescentes para responder a los retos de grandes multinacionales considerándolos a ellos los únicos capaces de revelar ideas radicalmente nuevas. ¿Se podrá, en consecuencia, seguir sorteando la realidad de una mutación en la cultura? ¿Podrá detenerse la insistencia en los contenidos y virtudes de la educación tradicional? ¿Será esperable, en fin, no agravar más el descrédito de la escuela y, de paso, la indolencia del alumno y la pandémica depresión del profesorado?
Una vez leído el texto de Vicente Verdú publicado en El País en el años 2006, la idea general que se extrae de éste es que los niños de hoy en día son más inteligentes que los de hace dos década, por tanto, el nivel educativo en España en los últimos años ha aumentad. Según Vicente Verdú este aumento se ha producido porque los niños crecen en un entorno más diverso y más repleto que le enriquece y le exige más. Esto se debe a que el contenido que los niños observan actualmente en las películas y en los videojuegos es más elevado y le exige una mayor inteligencia, según el autor.
En la primera actividad afirme que actualmente el nivel educativo ha aumentado, de hecho, como se comprueba en la artículo, mi opinión ha sido la acertada.
Otro de los conceptos relacionados con este tema y que aparece en el texto es el proceso de aprendizaje. Según lo expuesto en este artículo los niños de hoy en día a través de las series de televisión, los medios audiovisuales… con esto se afirma que en la actualidad no sólo se aprende a través de los libros, sino que existe una multitud de modalidades de aprendizaje como la música, las sensaciones... Otra de las modalidades a través de la cual se genera aprendizaje es la red de Internet.
Sin embrago, hay que tener en cuenta que para que el proceso de aprendizaje sea eficaz se deben de integrar ambas perspectivas, la tradicional y la actual
3. Diagnostica tu propio estilo de aprendizaje.
Para realizar esta actividad es necesario rellenar el cuestionario de estilos de aprendizajes (CHAEA). Una vez elaborado dibuja una gráfica representativa y reconoce tu propio perfil. Interpreta los resultados, formulando consecuencias.
Antes de conocer cuál es mi propio estilo de aprendizaje explicaré qué es éstos.
Los estilos de aprendizaje hacen referencia a cómo la mente procesa la información o como es influida por las percepciones de cada individuo.
Existen distintas clasificaciones de los estilos de aprendizaje de las persona, en el cuestionario concretamente se hace la clasificación dada por Honey y Mumfor, que establecen cuatro categorías de estilos:
Estilo activo: las características son animador, improvisador, descubridor, arriesgado y espontáneo.
Estilo Reflexivo: ponderado, concienzuado, receptivo, analístico y exhaustivo.
Estilo pragmático: experimentador, práctico, directo, eficaz, realista.
Estilo teórico, metódico, lógico, objetivo, crítico y estructurado.
Una vez realizado el cuestionario, según éste mi estilo de aprendizaje es activo y reflexivo. Por tanto las características que me definen son: animador, improvisador, descubridor, arriesgado y espontáneo; ponderado, concienzuado, receptivo, analístico y exhaustivo.
Los resultados, opino que han sido acertados en cuanto a definirme como una persona activa, pues me considero animadora, espontánea… sin embargo no creo que sea reflexiva, más bien me asemejo con el estilo pragmático.
3. Diagnostica tu propio estilo de aprendizaje.
Para realizar esta actividad es necesario rellenar el cuestionario de estilos de aprendizajes (CHAEA). Una vez elaborado dibuja una gráfica representativa y reconoce tu propio perfil. Interpreta los resultados, formulando consecuencias.
Antes de conocer cuál es mi propio estilo de aprendizaje explicaré qué es éstos.
Los estilos de aprendizaje hacen referencia a cómo la mente procesa la información o como es influida por las percepciones de cada individuo.
Existen distintas clasificaciones de los estilos de aprendizaje de las persona, en el cuestionario concretamente se hace la clasificación dada por Honey y Mumfor, que establecen cuatro categorías de estilos:
Estilo activo: las características son animador, improvisador, descubridor, arriesgado y espontáneo.
Estilo Reflexivo: ponderado, concienzuado, receptivo, analístico y exhaustivo.
Estilo pragmático: experimentador, práctico, directo, eficaz, realista.
Estilo teórico, metódico, lógico, objetivo, crítico y estructurado.
Una vez realizado el cuestionario, según éste mi estilo de aprendizaje es activo y reflexivo. Por tanto las características que me definen son: animador, improvisador, descubridor, arriesgado y espontáneo; ponderado, concienzuado, receptivo, analístico y exhaustivo.
Los resultados, opino que han sido acertados en cuanto a definirme como una persona activa, pues me considero animadora, espontánea… sin embargo no creo que sea reflexiva, más bien me asemejo con el estilo pragmático.
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